Según información de un estudio elaborado por Kahoot! y publicado por el Foro de Recursos Humanos, el 46% de los empleados teme que sus competencias queden obsoletas en un plazo de cinco años y el 29% espera que esto ocurra incluso antes.
Esta preocupación sintoniza con las tendencias que muestra el mercado. En este sentido, los resultados de la 26ª Encuesta Global Anual de Presidentes y Global Workforce Hopes and Fears Survey 2023 de PwC revelan que 44% de las habilidades básicas de los trabajadores podrían verse alteradas antes del 2027.
De hecho, el 36% de los colaboradores cree que las competencias necesarias para realizar su trabajo cambiarán significativamente en los próximos 5 años.
Conscientes de esta situación, 72% de los directores generales dan prioridad a la inversión en formación.
Debemos agregar un informe de Gartner en el que analiza las 5 principales tendencias de RRHH para 2025. El 74 % de los líderes de RR.HH. coincide en que los gerentes corporativos no están adecuadamente capacitados para liderar el cambio, lo que complica aún más los esfuerzos de transformación.
A partir de estos datos podemos concluir que las organizaciones enfrentan una amenaza directa a la sostenibilidad de su talento y su capacidad para adaptarse al cambio.
Este panorama presenta una oportunidad para las empresas. No solo por la posibilidad de posicionarse como líderes en el desarrollo de su capital humano, sino principalmente para desarrollar estrategias que permitan a sus equipos incorporar las competencias esenciales que hoy demandan las operaciones de cada sector productivo.
Invertir en programas de capacitación y reskilling asegurará la capacidad de adaptación del talento interno, y permitirá aportar habilidades blandas y técnicas claves – especialmente habilidades digitales - con impacto directo en los resultados de negocio.
Una fuerza laboral actualizada y motivada, que cuente con las herramientas y aptitudes para resolver los desafíos que se presentan en el puesto de trabajo, es clave para innovar, competir y adaptarse al ritmo de las disrupciones tecnológicas y la reconfiguración de procesos.
Las empresas que prioricen este enfoque no solo estarán respondiendo a una necesidad urgente, sino que además estarán sentando las bases de su éxito a largo plazo.