La irrupción del coronavirus, la realidad que derivó de la crisis sanitaria y el contexto económico y social excepcional que estamos viviendo, generaron un cambio tan brutal que nos llevó y lleva a personas y organizaciones a hacer las cosas de una manera diferente.
Además de acelerar la transformación digital de las organizaciones, la pandemia ha llevado a las empresas a impulsar la reconversión profesional de sus empleados (reskilling), ya sea sumando más funciones o modificando algunas de ellas a partir de los requerimientos que han ido surgiendo en el desarrollo de la operación.
La aparición de la pandemia fue el equivalente a un terremoto en las estructuras de todas las organizaciones. De un momento a otro, todo comenzó a transformarse a alta velocidad, y ninguna empresa o área ha quedado exenta de este acontecimiento.
El mundo cambió drásticamente en los últimos meses, provocando una profunda transformación en las empresas y en las personas, pues todos hemos tenido que adaptarnos a las nuevas dinámicas laborales y a las nuevas formas de producir, de comunicarnos, de capacitarnos y de vender.
Durante los últimos doce meses se aceleraron numerosos procesos de transformación que modificaron las dinámicas corporativas. En este contexto, para este 2021, la adaptación al cambio dejó de ser la principal decisión estratégica que puede tomar una compañía para convertirse en una necesidad.