La Cuarta Revolución Industrial venía imponiendo un ritmo de transformación moderado, pero la pandemia aceleró la necesidad de reformular procesos, incorporar tecnología y volver a replantearse -en muchos casos- el negocio, o la modalidad de operar.
Veamos algunos desafíos con los que están lidiando las compañías:
- Reconversión de trabajadores para que desempeñen nuevas funciones o estén preparados para realizar tareas que no les son propias, frente a la ausencia de compañeros de trabajo que contraigan Covid-19. Por ejemplo, cuando un vendedor departamental debe ser reasignado al equipo de atención de e-commerce, o cuando un operario de fábrica debe adiestrarse en el manejo de una máquina diferente a la que utiliza normalmente para poder constituirse en un reemplazo que impida poner en riesgo el funcionamiento de una planta ante la necesidad de aislar un caso positivo.
- Reestructuración de buena parte de la cultura corporativa para responder a las restricciones que impone el coronavirus, incorporando nuevas formas de relación y comunicación, y nuevos hábitos de higiene y seguridad, entre otras cuestiones. En este marco, el despliegue de Escuelas de Seguridad dentro las organizaciones constituye un diferencial con impacto directo en los niveles de producción y servicio.
- Capacitación en el uso de las herramientas tecnológicas que les permitan a todos los colaboradores de una empresa entrenarse online para cumplir con sus obligaciones en un nuevo escenario laboral. Los protocolos de distanciamiento social tornan prácticamente imposible la realización de instancias de formación presencial, y los trabajadores deben aprender a participar de una videoconferencia e interactuar en ese entorno, conectarse a una plataforma de aprendizaje online, o realizar ejercicios desde un móvil.
- Asegurar que la capacitación llegue al puesto de trabajo en forma eficiente y se traduzca en las conductas deseadas. Teniendo en cuenta que los lugares de trabajo se han modificado y los programas formativos deben adaptarse a una realidad en la que:
- muchas personas continuarán trabajando en modalidad home office,
- los espacios físicos de trabajo se ven readaptados,
- los trabajadores deben desempeñarse atendiendo a una gran cantidad de protocolos de seguridad que afectan la forma en la que desarrollan sus obligaciones.
Las empresas están asumiendo transformaciones constantes, y para lograr sus objetivos hoy se impone la flexibilidad y la adaptabilidad.
Por ello es importante que las consultoras que estamos comprometidas con el desarrollo del talento, colaboremos en el despliegue de estrategias formativas que garanticen la continuidad operativa de nuestros clientes, reconvirtiendo y optimizando sus procesos a través de metodologías ágiles.
Así podremos facilitar su rápida adaptación a las exigencias que impone la nueva normalidad. En tiempos de cambio y como venimos haciéndolo en los últimos años, desde élogos SurLatam nos proponemos transformar la vida de las personas y las organizaciones, aportándoles las competencias necesarias para adaptarse a los nuevos desafíos, potenciar talentos, reconvertirse y obtener mejores resultados.