El reporte “El cambio en las empresas en el Chile Pospandemia”, publicado recientemente por élogos, nos permitió sacar algunas conclusiones en relación a cómo las compañías chilenas se están adaptando a los cambios que generó y, en algunos casos, aceleró la pandemia.
La pandemia ha supuesto un golpe brutal en el ámbito económico, social y sanitario del que, por fortuna, estamos saliendo relativamente bien y con razonable rapidez. Por otro lado, y producto de ello, se han acelerado los procesos de digitalización en la sociedad y en la economía, consolidando algunos cambios que ya estaban en marcha, pero en otros aspectos se volverá en buena medida a la situación anterior.
Somos una empresa inquieta, nos cuestionamos siempre cómo y qué mejorar; y en esta actitud buscamos conocer qué necesitan y para dónde se orientan nuestros clientes y el mercado en general.
A corto plazo sí, porque el Teletrabajo ha venido para quedarse. En mayor o menor medida, todas las empresas van a tener trabajadores que desarrollen parte de su jornada laboral en casa. Y, tras el shock, ahora las empresas están haciendo un esfuerzo enorme por hacerlo más productivo con inversiones, medios, tecnología y formación. Seguramente, solo sea una cuestión de tiempo descubrir que hay muchas tareas que desarrollamos mejor en un espacio de concentración como el que encontramos en nuestros hogares, sin desplazamientos innecesarios que generan pérdidas de tiempo, estrés y emisiones contaminantes y de CO2.
La aparición de la pandemia fue el equivalente a un terremoto en las estructuras de todas las organizaciones. De un momento a otro, todo comenzó a transformarse a alta velocidad, y ninguna empresa o área ha quedado exenta de este acontecimiento.
La virtualización de los procesos de capacitación dejó de ser una opción, para consolidarse como modalidad imprescindible en la transferencia de habilidades y competencias al puesto de trabajo (al menos mientras dure la pandemia).
Estamos viviendo un cambio de época, donde las empresas deben adecuarse a las nuevas dinámicas que impone la pandemia. La capacidad de realizar en forma efectiva las adaptaciones necesarias, impactará directamente sobre los resultados, la productividad y competitividad de las organizaciones.
La adopción masiva del home office a partir del surgimiento del Covid-19, el establecimiento de periodos de cuarentena que aún persisten en numerosas ciudades de América Latina y el mundo, junto con el afianzamiento de esta modalidad laboral con miras a la nueva normalidad, impusieron un doble desafío a las empresas en relación a la capacitación de sus equipos:
Conforme avanza la pandemia y se implementan diferentes modelos de aislamiento, hay sectores productivos que no interrumpieron sus actividades y continúan operando en un marco de nueva normalidad.
La pandemia modificó muchas dinámicas empresariales; además de acelerar la transformación digital de las organizaciones, obligó a explorar el home office como modalidad de trabajo. Al punto que todas las empresas tuvieron que adoptar el teletrabajo en forma total o parcial.