Así lo destacan desde McKinsey & Company en su informe The Next Normal, donde se explora cómo el desarrollo de capacidades debería modificarse en los años venideros.
Sin duda, el proceso de cambio que estamos experimentado a nivel global desde principios de 2020, interpela a compañías de todos los tamaños y sectores a realizar transformaciones que les permitan adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado, e incluso reconvertirse para poder sobrevivir.
De hecho, el estudio ‘Approaching the Future 2021: Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles’, elaborado por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y CANVAS Estrategias Sostenibles, revela que la pandemia obligó al 87% de las empresas a asumir grandes transformaciones en el ámbito laboral, que podrían marcar la transición hacia un nuevo orden económico y social.
El primer aspecto a priorizar para adaptarse al futuro del trabajo señalado en la investigación, es la gestión del talento y la formación, seguido por la integración de nuevas metodologías ágiles.
En este escenario, el aprendizaje se volverá más personalizado y útil, aseguran cuatro líderes de McKinsey -Jon García, Liz McNally, Daniel Pacthod y Michael Park—, describiendo en un video que forma parte del reporte The Next Normal, las formas en que el desarrollo de capacidades podría evolucionar en la próxima década.
Veamos algunas de sus conclusiones:
- El desarrollo de diferentes capacidades basado en eventos terminó. Ahora se necesita un modelo que implemente tecnología, aprendizaje remoto, con micro aprendizaje y simulaciones.
- Para el desarrollo de capacidades no existirá un día o una semana en los que un colaborador tenga un tiempo reservado para invertir en este objetivo. Se trata un ejercicio que deberá acometerse frecuentemente y cada vez que se tenga oportunidad (al igual que se asiste a un gimnasio).
- Las acciones formativas tendrán que estar mucho más adaptadas a las personas, y deberán ser más atractivas y cautivantes para tener mayor efectividad y eficiencia.
- Es importante que las organizaciones avancen en la comprensión de la conexión entre desarrollo de capacidades y valor comercial.
- La inversión de formación en la fuerza laboral de una empresa incluye el desarrollo de capacidades en resiliencia y adaptabilidad, capacitación temática, entrenamiento ejecutivo y habilidades que favorezcan la eficiencia de los equipos.
- La capacitación profesional debe ser un elemento que esté incorporado en la agenda del director ejecutivo de la compañía, orientado a aquellas habilidades críticas para la organización y que definen su diferencial competitivo.
- Gestionar el talento es una tarea para cada líder corporativo.
- Desarrollar capacidades es un proceso imperecedero que nunca termina.
- El objetivo no es solo que un concepto, una habilidad o un modo de hacer, sea entendido por un empleado, sino que lo aplique en su comportamiento laboral cotidiano, que lo traslade a su función específica.
Para lograr estos objetivos de transformación, como decía Goethe, es importante tratar a las personas como si fueran lo que deberían ser, y empujarlas a llegar a ser lo que son capaces de ser. Esto beneficiará a la empresa en todos los niveles, ya que cuando las personas mejoran, todo mejora.
Teniendo en claro la situación y circunstancias a las que se enfrenta el sector productivo, desde élogos implementamos procesos y herramientas que permitirán a sus colaboradores modificar la mentalidad para adaptarse mejor a los cambios que estamos experimentando.
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