Hace un par de semanas hablábamos de la alteración de la presencialidad en un mundo que comenzaba a experimentar la diseminación del coronavirus Covid-19 por varios continentes. 16 días más tarde la infección ya es global, y comienza a adquirir características de pandemia, con la aparición de casos en América Latina.
Las formas de acceso a la información y al conocimiento cambiaron radicalmente en los últimos años. En paralelo, los tiempos de atención de las personas se redujeron. Es por ello que hoy los contenidos deben ser móviles, breves, claros y concisos. En este contexto, el micro learning es cada vez más eficiente y determinante para el éxito de los procesos formativos en empresas y grandes organizaciones.
Si bien el coronavirus aún no es una pandemia y tanto la Organización Mundial de la Salud como los gobiernos de los países que cuentan con personas enfermas en su territorio trabajan para contener el brote, la presencialidad se ha visto alterada.
Para desarrollar experiencias de cliente exitosas es imprescindible generar experiencias de empleado eficientes, teniendo en cuenta la interconexión que existe entre ambas y el impacto de su adecuada armonización en los resultados de una empresa.
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