La adopción masiva del home office a partir del surgimiento del Covid-19, el establecimiento de periodos de cuarentena que aún persisten en numerosas ciudades de América Latina y el mundo, junto con el afianzamiento de esta modalidad laboral con miras a la nueva normalidad, impusieron un doble desafío a las empresas en relación a la capacitación de sus equipos:
Conforme avanza la pandemia y se implementan diferentes modelos de aislamiento, hay sectores productivos que no interrumpieron sus actividades y continúan operando en un marco de nueva normalidad.
La pandemia modificó muchas dinámicas empresariales; además de acelerar la transformación digital de las organizaciones, obligó a explorar el home office como modalidad de trabajo. Al punto que todas las empresas tuvieron que adoptar el teletrabajo en forma total o parcial.
Conforme avanza la pandemia y se implementan diferentes modelos de aislamiento, hay sectores productivos que no interrumpieron sus actividades y continúan operando en un marco de nueva normalidad.
Las empresas experimentaron profundas transformaciones en estos últimos cuatro meses que obligaron a ajustar procesos, reconfigurar roles, adaptar y reestructurar equipos, e incluso a pensar en nuevos modelos de negocio, para hacer frente y resolver los nuevos escenarios que planteó el Covid-19.
Muchas empresas se están planteando dar carácter permanente a la modalidad del home office para aquellas tareas que puedan realizarse a distancia. De hecho, algunas estimaciones giran en torno a mantener entre un 20 y 40% de las plantillas en sus casas, cuando comiencen a superarse los períodos de aislamiento forzado.
Frente al crecimiento de la pandemia del Covid-19 en todo el mundo, la decisión de algunos gobiernos por implementar períodos de cuarentena y la determinación de muchas empresas por disponer el trabajo remoto para resguardar la salud y seguridad de sus colaboradores, imponen la masividad del home office.
Hace un par de semanas hablábamos de la alteración de la presencialidad en un mundo que comenzaba a experimentar la diseminación del coronavirus Covid-19 por varios continentes. 16 días más tarde la infección ya es global, y comienza a adquirir características de pandemia, con la aparición de casos en América Latina.
Las formas de acceso a la información y al conocimiento cambiaron radicalmente en los últimos años. En paralelo, los tiempos de atención de las personas se redujeron. Es por ello que hoy los contenidos deben ser móviles, breves, claros y concisos. En este contexto, el micro learning es cada vez más eficiente y determinante para el éxito de los procesos formativos en empresas y grandes organizaciones.
Si bien el coronavirus aún no es una pandemia y tanto la Organización Mundial de la Salud como los gobiernos de los países que cuentan con personas enfermas en su territorio trabajan para contener el brote, la presencialidad se ha visto alterada.