La virtualización de los procesos de capacitación dejó de ser una opción, para consolidarse como modalidad imprescindible en la transferencia de habilidades y competencias al puesto de trabajo (al menos mientras dure la pandemia).
La frase de Charles Darwin donde destacaba que “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”, hoy aplica perfectamente a las circunstancias que nos toca atravesar, tanto a empresas como a personas.
Estamos viviendo un cambio de época, donde las empresas deben adecuarse a las nuevas dinámicas que impone la pandemia. La capacidad de realizar en forma efectiva las adaptaciones necesarias, impactará directamente sobre los resultados, la productividad y competitividad de las organizaciones.
La adopción masiva del home office a partir del surgimiento del Covid-19, el establecimiento de periodos de cuarentena que aún persisten en numerosas ciudades de América Latina y el mundo, junto con el afianzamiento de esta modalidad laboral con miras a la nueva normalidad, impusieron un doble desafío a las empresas en relación a la capacitación de sus equipos:
Conforme avanza la pandemia y se implementan diferentes modelos de aislamiento, hay sectores productivos que no interrumpieron sus actividades y continúan operando en un marco de nueva normalidad.
Muchas empresas se están planteando dar carácter permanente a la modalidad del home office para aquellas tareas que puedan realizarse a distancia. De hecho, algunas estimaciones giran en torno a mantener entre un 20 y 40% de las plantillas en sus casas, cuando comiencen a superarse los períodos de aislamiento forzado.
Vivimos tiempos de profunda transformación en los cuales las empresas deben adaptar sus puestos de trabajo a las dinámicas impuestas por una nueva realidad, signada por la Cuarta Revolución Industrial y acelerada por la pandemia.
Podemos definir a una empresa como una organización dedicada a actividades comerciales destinadas a satisfacer las necesidades de bienes y/o servicios demandados por la sociedad, con fines económicos.
Las formas de acceso a la información y al conocimiento cambiaron radicalmente en los últimos años. En paralelo, los tiempos de atención de las personas se redujeron. Es por ello que hoy los contenidos deben ser móviles, breves, claros y concisos. En este contexto, el micro learning es cada vez más eficiente y determinante para el éxito de los procesos formativos en empresas y grandes organizaciones.
Si bien el coronavirus aún no es una pandemia y tanto la Organización Mundial de la Salud como los gobiernos de los países que cuentan con personas enfermas en su territorio trabajan para contener el brote, la presencialidad se ha visto alterada.