Somos una empresa inquieta, nos cuestionamos siempre cómo y qué mejorar; y en esta actitud buscamos conocer qué necesitan y para dónde se orientan nuestros clientes y el mercado en general.
La velocidad de los cambios que ha implicado la pandemia y la exigencia que éstos demandan del entorno en el que tu empresa tiene que competir son aspectos que te preocupan.
Los grandes cambios que la sociedad y las empresas preveían para dentro de diez años se han adelantado por un factor pequeñísimo, pero de enorme impacto, un diminuto virus: el Covid-19.
“Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser y empújalas a llegar a ser lo que son capaces de ser” decía J.W. von Goethe.
“Aquellos con características mejor adaptadas sobrevivirán más probablemente”, sostenía Charles Darwin.
En la década de 1850, las revistas científicas alertaban sobre la peligrosidad de los caminos de hierro (las vías del ferrocarril) y el surgimiento de la locomotora.
La implementación de escuelas de aprendizaje orientadas al sector comercial de grandes y medianas empresas, implica interesantes desafíos y oportunidades vinculadas a lograr economías de escala y asegurar que los colaboradores de una organización tengan las competencias necesarias para cumplir con sus objetivos de negocio.
Los próximos diez años traerán cambios fundamentales a nuestro mundo laboral y, para adaptarse, las personas que se desempeñan en casi todos los roles e industrias deberán adquirir nuevas habilidades. La crisis del COVID-19 solo aceleró los cambios que ya se venían produciendo.
La irrupción del coronavirus, la realidad que derivó de la crisis sanitaria y el contexto económico y social excepcional que estamos viviendo, generaron un cambio tan brutal que nos llevó y lleva a personas y organizaciones a hacer las cosas de una manera diferente.
Hoy vivimos una combinación de crisis sanitaria, revolución tecnológica y cambios sociales, frente a los cuales el reflejo común de las personas y las instituciones es la resistencia y el miedo.