Conforme avanza la pandemia y se implementan diferentes modelos de aislamiento, hay sectores productivos que no interrumpieron sus actividades y continúan operando en un marco de nueva normalidad.

La pandemia modificó muchas dinámicas empresariales; además de acelerar la transformación digital de las organizaciones, obligó a explorar el home office como modalidad de trabajo. Al punto que todas las empresas tuvieron que adoptar el teletrabajo en forma total o parcial.

Conforme avanza la pandemia y se implementan diferentes modelos de aislamiento, hay sectores productivos que no interrumpieron sus actividades y continúan operando en un marco de nueva normalidad.

Conforme avanza la pandemia en América del Sur y mientras se prolongan los períodos de aislamiento obligatorio en varios países, se van perfeccionando las prácticas para trabajar en forma remota sin que se vea afectado el desempeño personal y los rendimientos grupales de los equipos.

Las empresas experimentaron profundas transformaciones en estos últimos cuatro meses que obligaron a ajustar procesos, reconfigurar roles, adaptar y reestructurar equipos, e incluso a pensar en nuevos modelos de negocio, para hacer frente y resolver los nuevos escenarios que planteó el Covid-19.

Muchas empresas se están planteando dar carácter permanente a la modalidad del home office para aquellas tareas que puedan realizarse a distancia. De hecho, algunas estimaciones giran en torno a mantener entre un 20 y 40% de las plantillas en sus casas, cuando comiencen a superarse los períodos de aislamiento forzado. 

Vivimos tiempos de profunda transformación en los cuales las empresas deben adaptar sus puestos de trabajo a las dinámicas impuestas por una nueva realidad, signada por la Cuarta Revolución Industrial y acelerada por la pandemia.

Conforme avanzan las semanas y persiste la pandemia, la incorporación de nuevas modalidades de gestión laboral afianza prácticas como el home office. No son pocas las empresas –incluso grandes compañías industriales- que están considerando la posibilidad de institucionalizar el trabajo remoto para todos aquellos puestos que no requieran de presencia física y puedan desarrollarse a distancia.

Podemos definir a una empresa como una organización dedicada a actividades comerciales destinadas a satisfacer las necesidades de bienes y/o servicios demandados por la sociedad, con fines económicos.

En mi artículo previo ‘10 claves para desarrollar procesos de home office efectivos’, analizábamos una decena de prácticas ideales para tener en cuenta cuando debemos trabajar en forma remota desde el hogar.

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